miércoles, 5 de febrero de 2014
Los Abuelos de la Nada
Los Abuelos de la Nada fue un grupo de rock argentino creado por Miguel Abuelo en el año 1967 y relanzado con otra formación en 1981. A lo largo de su trayectoria, Los Abuelos de la Nada contó con músicos como Claudio Gabis,Pappo y Andrés Calamaro. El primer disco de su segunda etapa fue producido por Charly García.
Los comienzos
Los Abuelos de la Nada nacieron en 1967, siendo considerada una de las bandas pioneras del rock argentino, junto a Almendra, Los Gatos y Manal, aunque en los años sesenta pasaron desapercibidos. El estilo del grupo fluctuaba entre el folk rock y la movida psicodélica de aquella época.
Miguel Abuelo (Miguel Ángel Peralta) relata los comienzos de la banda en el libro Tanguito, la verdadera historia de Víctor Pintos de la siguiente manera:
Los Abuelos de la Nada nacieron en un día que acompañé a Pipo Lernoud a arreglar los papeles de sus obras Ayer nomás y no me acuerdo cuales otras más a la compañía Fermata, que pertenece a Ben Molar, el señor Brenner. Recuerdo que el señor Brenner tenía una oficina con alfombras gruesas donde yo ponía mi pie y mi pie se hundía graciosamente. Con aire acondicionado (¡en esa época!) y escritorio fastuoso. Yo entré, vi todo verde, un clima raro, me sentía extraño, y me quedé en un rinconcito a mirar cómo circulaban los papeles y las firmas y las promesas. Ellos se habían olvidado de mí por un rato, pero de pronto me descubrieron, y me miraron. Y el señor Brenner, este señor Ben Molar, me preguntó: «¿Y vos que hacés, tenés un grupo?». Me dio la respuesta, te darás cuenta. Bueno, yo siempre fui un propulsor de la verdad, pero la mentira la tengo en la punta de la boca para lo que haga falta, es una herramienta. Entonces le dije «Sí, tengo un grupo». El tipo se alarmó porque fui demasiado rápido. Me dijo: «¿Y cómo se llama?». Mi computadora, que caminaba muy rápido, sondeó el fondo de mi alma y encontró una frase del gran Leopoldo Marechal. [...] Esa frase del libro El banquete de Severo Arcángelo decía: [...] «Padre de los piojos, abuelos de la nada». Una frase que me pegó mucho. Pintó esa frase, y así como me vino la puse en la palma de mi lengua. Y se la puse ante las orejas de Ben Molar, que inmediatamente hizo crack, algo se contorsionó en él como si agarrás una tortuga con un anzuelo y la levantás. Se contorsionó inmediatamente y me dijo: «Tienen hora de grabación dentro de tres meses en CBS Columbia. Averigüen el horario, su productor va a ser Jacko Zeller». Yo no tenía lapicera, no me moví del lugar. Pipo anotó rápidamente como buen amigo y buen aliado que era. Terminó la reunión, le di la mano y nos mandamos a mudar. Ahí le dije a Pipo: «¿Te das cuenta en la que nos metimos?». Y él me contestó: «No te preocupes. Vamos ya mismo a la plaza y encontramos a todos los músicos».
Miguel Abuelo (fundador del grupo).
Y efectivamente, así fue. En Plaza Francia, donde se juntaban los hippies de aquellos días, encontraron al baterista Héctor Pomo Lorenzo y a los hermanos Micky (guitarra rítmica) y Alberto Lara (bajo). En casa de Pipo se integró provisoriamente el futuro guitarrista de Manal, Claudio Gabis, y más tarde se incorporó Eduardo Mayoneso Alvaredo como organista
Hacía marzo de 1968 grabaron un simple con los temas Diana Divaga (con Claudio Gabis) y Tema en Flu sobre el Planeta (con Pappo). En ese mismo año, formaron parte del Primer Recital de Rock Progresivo Argentino organizado por el sello Mandioca, que reunió a Manal y Cristina Plate.
El año 1969 fue un año muy activo para la banda, que parecía asentarse en el ambiente. El 8 de junio se presentaron en el Ciclo "Beat Baires" realizado en el Teatro Coliseo junto a Engranaje, Litto Nebbia, Manal y Moris, entre otros y un trimestre más tarde en el histórico "Festival Pinap de la Música Beat & Pop" donde actuaron también, Vox Dei, Almendra y La Barra de Chocolate. El líder de La Cofradía de la Flor Solar Kubero Díaz (el mismo que estuvo en la última etapa abuelera) y Miguel Cantilo (futuro fundador del dúo Pedro y Pablo).
Miguel Abuelo logra grabar en Francia un disco como solista, Miguel Abuelo & Nada. Diez años después regresó a Argentina gracias a la insistencia de Gerardo Cachorro López.
Retorno de Miguel y reflote de la banda
Luego de casi una década en Europa, Miguel Abuelo retorna al país casado y con un hijo. Fue en ese instante cuando Los Abuelos de la Nada comenzaron a tejer los cinco años que los plasmarían como uno de los mejores grupos del rock argentino.
Miguel Abuelo y Cachorro López son quienes comienzan a armar la banda. Andrés Calamaro llegó a la banda, proveniente del grupo Raíces, para hacerse cargo de los teclados. Calamaro fue recomendado por dos personas a la vez: Pipo Lernoud, amigo de Miguel, y Alejandro Lerner, quien fue convocado para el puesto pero quería dedicarse a su carrera como solista. Miguel en realidad quería a Juan del Barrio, porque tenían una amistad con él, pero Del Barrio estaba tocando con Spinetta Jade. El nuevo súper grupo se completó con un joven saxofonista que venía de tocar con Milton Nascimento llamado Daniel Melingo, Gustavo Bazterrica (guitarrista de La Máquina de Hacer Pájaros y Spinetta) y el baterista Polo Corbella.
Se presentaron en diversos escenarios como el Festival Expresiones Vivas de la revista Pan Caliente y en el IV B.A. Rock. En 1981 graban unos demos que logran una constante difusión en los medios. Una composición grupal llamada No Te Enamores Nunca de Aquel Marinero Bengalí se convierte rápidamente en la favorita de los programadores radiales. Ese mismo año editan los simples Guindilla ardiente y Mundos in mundos" (regrabado en 1983 para “Vasos Y Besos").
Primer álbum
García les produce su primer álbum homónimo. Las peleas entre Miguel y Charly eran constantes, lo que provocaba situaciones incómodas para la banda. Gracias al éxito en las ventas realizan su primer gran recital en el teatro Coliseo, a fines de 1982. Su primer gran éxito Sin Gamulán era compuesto por el joven Andrés Calamaro y tuvo una difusión envidiable.
Charly realiza la presentación de su disco Yendo de la cama al living en el estadio de Ferro el 25 de diciembre, y Los Abuelos de la Nada junto a naciente banda de Miguel Zavaleta Suéter lo telonean. Los Abuelos siguieron con su mejoría tras una gran recepción del público. Tres de sus miembros (Cachorro, Bazterrica y Calamaro) son convocados para la banda de García, cosa que desestabiliza a la banda, pero luego vuelven a dedicarse plenamente a Los Abuelos.
El 4 de junio de 1983 realizan el primer recital en Obras Sanitarias, mezclando los éxitos del primer disco con algunos adelantos del próximo álbum como Hermana Teresa, Espía de Dios, No se desesperen, Vasos y Besos y En línea, entre otros. Vuelven a tocar en Obras ese mismo año ,compartiendo cartel con Ruben Blades.
Vasos y Besos y consagración masiva
Se edita en aquél año el disco con el cual consiguen la consagración masiva: Vasos y Besos, presentado en el estadio de Vélez Sársfield el 30 de diciembre de ese año con el show Descorchando el ’84 con «Vasos y Besos». Participaron del festival de La Falda, realizaron una gira aún más importante por el interior, llenaron tres veces el Luna Park. La canción Mil horas, sencillo del disco (y también compuesta por Calamaro), fue un éxito rotundo y es hoy en día considerada una de las canciones más vendidas del rock en español. Luego del éxito, viajan a Ibiza, donde graban su tercera placa Himno de mi corazón. Andrés Calamaro ya había lanzado su primer disco solista, y las cosas dentro del grupo empezaban a ponerse difíciles.
Andrés Calamaro formo parte de los Abuelos desde 1981 hasta 1985. Desde ese periodo compuso los más grandes exitos de la banda; entre ellos Mil horas, Sin Gamulán y Costumbres argentinas.
Tras una infinidad de recitales brindados, planean para 1985 la grabación de su primer disco en vivo. Sobre la marcha del proyecto, el grupo sufre una baja: el guitarrista Gustavo Bazterrica, quien es rápidamente reemplazado por Gringui Herrera, amigo de Andrés Calamaro, a quién corresponde la autoría de Tristeza de la ciudad y de Así es el calor (compartidas con Calamaro), incluidos en los discos Los abuelos de la nada y Vasos y besos, respectivamente. Con él, entonces la agrupación graba durante los días 14, 15 y 16 de junio su cuarto long play titulado Los Abuelos en el Ópera.
De este disco saldría como sencillo una vez más una canción compuesta por Calamaro, que incluso es tocada por éste hoy en día en la mayoría de sus presentaciones, el hit Costumbres argentinas.
En octubre de ese año participan del primer (y polémico) Festival Rock & Pop en el Estadio de Vélez Sarsfield junto a Charly García, Fito Páez, Zas, G.I.T., Virus, Sumo, Juan Carlos Baglietto, Nina Hagen e INXS entre otros. La lluvia (precedida por granizo), el intenso barro, los defectos de sonido y la mala organización contribuyeron en el fastidio del público que llegó a su punto máximo cuando una botella de vidrio impactó en la cara de Miguel Abuelo, quien terminó cantando Himno de mi corazón con la cara ensangrentada. A partir de ese recital, la banda comenzaría entonces a transitar un camino denso y sinuoso para su historia.
A fines de ese año 1985 se despide de la banda Andrés Calamaro y se marcaría con ello el fin de la exitosa carrera que había tenido la banda desde cuatro años atrás. La partida de Calamaro supuso también la salida de Cachorro López.
En diciembre de 1985, la prensa de rock la daba como finalizada: Como que había quedado en la historia, pero se equivocaron.
1986: Una formación renovada y nuevo álbum
En junio de 1986, se reúnen Miguel Abuelo, Juan del Barrio (que había pasado a ser el tecladista principal con la ida de Calamaro) y Polo Corbella a los que se les suman el guitarrista Kubero Díaz y el bajista Marcelo "Chocolate" Fogo. Con esta formación, comienzan a grabar desde julio las nuevas canciones que formarían parte del último álbum del grupo: Cosas mías. Para el mes de octubre ya estaba a la venta. La canción homónima rápidamente se convierte en un éxito.
Deciden presentarlo oficialmente los días 18, 19 y 20 de diciembre en el Teatro Ópera, pero ya los nombres no eran los mismos, las canciones no tenían la aceptación de antes y sin la figura de Andrés Calamaro el público disminuyó completamente. Quienes suponen que el público de Los Abuelos se había ido con Calamaro estában muy equivocados, puesto que su disco Vida cruel tampoco estaba siendo un éxito de convocatoria.
Durante el verano de 1987 deciden entonces traspasar las fronteras y probar en Sudamérica: realizan una gira que incluyó Uruguay, Perú, Paraguay y la encararon junto al saxofonista Willy Crook. Promediando el año, el baterista Polo Corbella (el único, salvo Abuelo, que se mantenía en el grupo desde 1981) se retira de la actividad y es reemplazado por el ex-Suéter Claudio Pato Loza.
Como con la ida de Polo Corbella ya no quedaba ningún integrante de la primera formación de principios de los ochentas, Miguel Abuelo decide rebautizar la banda, que pasa a llamarse Miguel Abuelo en Banda. El ex-Suéter Pato Loza se hace cargo entonces de la batería y a su vez, Jorge Polanuer reemplaza a Willy Crook en el saxofón, quién se había unido a la agrupación durante la gira realizada por Uruguay, Perú y Paraguay a principio de año. El grupo se exponía cada vez menos y se estaba empezando a asemejar a una banda amateur, aficionada, aunque se dice que dejaron material grabado para sacar un disco, el cual jamás fue editado.
Muerte de Miguel Abuelo
Para el 24 de febrero de 1988 tenían arreglada una actuación en el Velódromo Municipal de Buenos Aires, la cual fue suspendida repentinamente por una altísima fiebre que había sufrido Abuelo: estaba enfermo de sida y la enfermedad hacía estragos en su cuerpo, a tal punto que ese mismo día se retiró definitivamente de la música, sabiendo que eran sus últimos días de vida.
Efectivamente, el 26 de marzo de 1988, Miguel Abuelo falleció en la Clínica Independencia de Munro (provincia de Buenos Aires) solo cinco dias después de cumplir cuarenta y dos años de edad.
El 9 de mayo de 1988 se reunieron varios músicos de Los Abuelos, para esta ocasión había sido invitado también Andrés Calamaro (por el cual también otra cantidad de personas se hicieron presentes), pero llegó tarde porque había presentando anteriormente su nuevo tango compuesto junto a Mariano Mores en el Teatro Ópera (donde 3 años atrás había subido con los Abuelos). Comenzó con la guitarra, cantando Mil horas y luego se limitó a hacer los coros y a participar con su «percusión» (un par de palillos).
El show estaba previsto para la una de la mañana pero comenzó a las dos de la tarde, duró solo una hora, el calor era infernal pero la reunión agradó a todos, agolpados en la puerta simplemente para escuchar temas como No te enamores nunca de aquel marinero bengalí, Lunes por la madrugada, Cosas mías o Tristeza de la ciudad.
LaBanda RockPop
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